“Descubrir que los males transgénicos, lo peor que esta sociedad moderna le ha dado a la humanidad, ha sido construida en esos laboratorios y en esos centros de investigación. Y que el científico universitario, el investigador no se dio cuenta, le dieron un pedazo de ese conocimiento para que lo desarrollara. Y allá arriba, en los laboratorios de los centros de la grandes transnacionales, arman como si fuera un rompecabezas esta bomba que nosotros llamamos la bomba neoliberal.”
[S.C.I. Marcos]
La ciencia en México ha sido desmantelada desde la implantación de las “políticas públicas” neoliberales en 1982 con Miguel de la Madrid; estructuradas con Carlos Salinas; y acatadas con obediencia por Zedillo, Fox y Calderón; el objetivo de esto es subordinar las directrices de la investigación en México al proceso de enriquecimiento empresarial y financiero mundial a costa del saqueo, robo y despojo de los países débiles.
Limitando la inversión en ciencia al 0.34% del Producto Interno Bruto, lo que se promueve es que el gobierno tenga menos participación sobre ella, es decir menos influencia para qué se hace o para quién se hace, con lo que se pierde la capacidad de guiar su rumbo, se frena su desarrollo y sobre todo se pierde la soberanía para resolver las problemáticas nacionales. Esta actitud gubernamental obliga a la ciencia y a los científicos mexicanos a volverse cada vez más dependientes de la inversión privada [nacional o extranjera], y tienen que buscar como alternativa de financiamiento para sus proyectos a los dueños del capital [por ejemplo: la industria farmacéutica, agroquímica o energética] quienes ahora guían su desarrollo; es decir los científicos van perdiendo la libertad de continuar con sus temas de investigación, pues ahora hay que estudiar lo que sistema económico requiere. Aunado a esto, en los nuevos modos del quehacer científico, se implementa una atomización del conocimiento, se individualiza el proceso de investigar y se crea una férrea competencia entre colegas por la obtención de espacios y recursos para desarrollar sus proyectos.
Con esta reducción sistemática del gasto público también se afectan y limitan las expectativas de educación de calidad del pueblo mexicano, por ejemplo con la propuesta gubernamental de reducir las becas a estudiantes de posgrado en más del 40% de sus montos actuales [Ver ALTAVOZ No. 44], buscando reducir el número de estudiantes que acceden a estos niveles. Así las cosas, las “políticas públicas” de educación nacional afectan a todos lo niveles de educación, cuando encontramos que el acceso a los centros de educación pública ahora lo decide una empresa privada que estandariza los criterios del saber nacional, el Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior A.C. [CENEVAL]. Por otra parte, los espacios para la educación no crecen con la rapidez necesaria por la demanda estudiantil provocando una gran masa de estudiantes rechazados en todo el país y a éstos se les ofrecen “alternativas” de autoeducación a distancia despersonalizadas, sin considerar las condiciones económicas ni culturales de los estudiantes. A la par se permite y fomenta la creación de nuevos centros educativos desde la iniciativa privada [caros e ineficientes] con plantillas magisteriales mal pagadas de las mismas universidades públicas y se crean fundaciones civiles [léase empresariales] para la sustentación de becas estudiantiles con deducibilidad de impuestos. Se desestiman las carreras humanísticas y se fomenta las técnicas para poner a una masa de egresados al servicio de la industria, el comercio y la banca y se transfieren grandes inversiones públicas a los centros de investigación privados; se abren arteramente las puertas a los tragamonedas, stands y patrocinios privados dentro de las instalaciones educativas públicas. Se construyen lujosas instalaciones para equipos de alto rendimiento deportivo [sin fomentar la creación de deportistas locales] que atraigan masas consumistas y sean negocio para las rectorías universitarias… En suma, se limita la actuación del estado en el desarrollo de las políticas educativas nacionales y se le da cobijo a la iniciativa privada para lucrar con la educación.
A la par y en sentido contrario de esta situación nacional, caminan experiencias dignas de atención, multiplicación y cobijo. La Universidad de la Tierra en Chiapas y Oaxaca abren la ventana a una educación con pertinencia local, que no desestima los saberes regionales ni crea profesionales desvinculados de sus lugares de origen:
“…Luego de unos pocos meses usualmente [los estudiantes] son llamados para regresar al presente cotidiano de sus comunidades para hacer allí lo que han aprendido. Parecen ser muy útiles allí. Algunos de ellos están combinando diferentes líneas de aprendizaje en una forma creativa. Uno de ellos, por ejemplo, combinó la agricultura orgánica y la regeneración de suelos (su interés original), con la arquitectura local. El no está ofreciendo servicios profesionales que le permitan moverse hacia un estándar de vida de clase media vendiendo sus servicios y artículos. Está aprendiendo a compartir, como los campesinos, lo que significa ser un miembro apreciado de su comunidad y de su pueblo, como ha sido hecho desde tiempos inmemoriales—antes de la ruptura moderna.” Gustavo Esteva. Invierno del 2008
El proyecto educativo de las Junta de Buen Gobierno [JBG] en territorio zapatista, demuestra, en los hechos, la importancia de la autodeterminación de los pueblos y la construcción de la autonomía en todos los ámbitos de la vida. El proyecto educativo zapatista surge por una necesidad que urgía resolver ante la ausencia de los maestros oficiales luego del levantamiento armado y por la importancia de crear una educación apropiada para las condiciones campesinas e indígenas de los zapatistas. Inicia con la formación de promotores educativos que faciliten la educación en sus pueblos, los cuales no reciben más paga que su alimentación y enseñan/aprendiendo con la niñez zapatista sobre producción, educación política, educación artística, cultura, lecto-escritura, salud, deportes, matemáticas, humanismo, historia y lenguas [español y materna]…
“...En nuestras escuelas se ve la situación nacional, la situación de nuestra lucha, la vida de nuestros pueblos. Lo principal de nuestra educación es no salirse de la política y del camino de la lucha zapatista, y el respeto a cada comunidad, su lengua y todo. Nuestros promotores de educación reflexionan sobre el problema de la reubicación de los pueblos de Montes Azules, que quiere hacer el gobierno; sobre el Plan Puebla-Panamá; también del problema de las semillas transgénicas, de las maquiladoras, del contrataque político del gobierno, de la resistencia de nuestros pueblos, de los Acuerdos de San Andrés, de la guerra de baja intensidad, de la manipulación del gobierno para comprar los pueblos como sus programas con Procede, o desayunos escolares o de apoyo al campo. Todo eso se ve en nuestras escuelas autónomas." Julio del Concejo Autónomo de Ricardo Flores Magón
Ambas experiencias adelantan pues, un sueño en construcción…
Octubre del 2009
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